jueves, 14 de noviembre de 2013

Cuentos que dan miedo

El terror ha llegado a la Escuela 14... Luego de conocer las características de los cuentos de terror, leímos y escuchamos diferentes cuentos: "El hombre sin cabeza" de Ricardo Mariño, "El fantasma mordido" de Song-Ling, P'ou, ""Breve relato de terror para niños" de Jhonny Alonso López Ramírez, ,  "Habitación número 13" de  James Montage Rhodes y la novela "Veinte pisos de terror" y "Pijama party" de José Montero.
Partiendo de una consigna y teniendo en cuenta determinadas frases... ¡¡¡¡¡escribimos nuestros primeros cuentos de terror!!!!!!
No se asusten... son sólo cuentos...

“El tatuaje vivo”.


Estaba en la cama cuando mire la hora y ya eran las 10:30 hs. Entonces me levanté y fui para Ferro a entrenar. Estuve allí por tres horas aproximadamente, y cuando el entrenamiento terminó, mi mamá me fue a buscar.
Al salir nos dirigimos hacia el quincho y comimos empanadas como todos los sábados. En el medio del almuerzo le dije mi deseo: que yo soñaba con hacerme un tatuaje. Es al decir eso, ella me miró y con cara brotada me dijo :- ¿Matías, estás loco vos? Allí supe que era un “No” muy claro.
Pasaron los días, y yo seguía insistiendo con el tatuaje; pero siempre tenía la misma respuesta . Pero un día algo extraño sucedió, recibí un “Si”. Yo con una cara de feliz cumpleaños pensé “Por fin convencí a mi mamá”.

Sin esperar a que llegara la tarde, fui al local de tatoo. Era un lugar extraño; el tatuador parecía una persona normal. Sin embargo cuando hablaba tenía voz maligna. Me preguntó qué dibujo me quería tatuar y le respondí que elegí la figura de un perro, ya que es mi animal favorito.
Me lo tatué en el pecho y a mi parecer quedaba bien. Al terminar, durante siete días, como me indicó el tatuador, me limpie el tatuaje con alcohol. Cuando llegué a casa, mi mamá lo miró y dijo :- “Ese es el dibujo del diablo”. Entonces la miré y dije que era una vieja loca y me fui a dormir.
Al octavo día algo extraño sucedió con el tatuaje, me di cuenta de que crecía. Al día siguiente, ya me rodeaba el ombligo. Después de 3 días el perro ya me llegaba al pecho; entonces fui al médico y se me rieron al contarles lo que pasaba conmigo.
Cuando las lineas negras llegaron al cuello, el tatuaje empezó a salir de mi cuerpo poco a poco hasta que frente a mí, estaba el perro que me había tatuado. Tenía cara de loco y le salía baba por la boca. Primero intenté amigarme pero recordé lo que me había dicho mi mamá y empecé a correr. Él me siguió. Era de noche, y no tuve más remedio que encerrarme en un cuarto de mi casa.

El perro daba golpes con su cabeza para poder entrar. La puerta resistió bastante hasta que se rompió y el perro saltó encima mío y me mordió un brazo, la cara y las dos piernas hasta que lo pude agarrar del cuello y lo ahorqué hasta dejarlo muerto. Yo quedé débil, sangraba por todos lados. Entonces bajé las escaleras para ir al hospital; pero me caí en la puerta de mi casa. Morí desangrado en el piso.



Alejo 7 “A”.


El tatuaje vivo


Lucas salia de su casa para ir a cenar con su mamá. Él siempre había soñado con hacerse un tatuaje y ese día iba a intentar convencerla para que le diera el permiso. Ella era muy cuidadosa, curiosa, nerviosa y agradable.
Se encontraron en una esquina oscura cerca de la tienda de guitarras.
- Creo que ya soy grande para hacerme un tatuaje- le dijo.
- Puede ser hijo, pero prometeme que nunca harás una maldad.
¡Había convencido a su mamá! No lo podía creer.
El día siguiente se fue a tatuar. El local de tatoo era extraño y tenebroso pero no le dio importancia y entró. El tatuador parecía una persona normal, sin embargo, era muy amargado y gruñón. Cuando sonreía parecía malvado.
Lucas eligió la figura de un dragón oscuro. Apenas lo terminó le pagó y recibió indicaciones. Se fue a lo de su madre para que viera cómo le quedó.
- ¿ Qué te dijo el tatuador?- preguntó la mamá.
- Que durante 7 días, me limpie con alcohol .
Pasó una semana, se limpió con el alcohol y sintió algo raro en él , muy extraño de describir.
Al octavo día algo más raro sucedió. Le creció el tatuaje en todo el cuerpo. Aparecían palabras y líneas negras. Palabras extrañas, en otro idioma.
Cuando las líneas negras le llegaron al cuello fue al negocio.
-¿Por qué ha vuelto usted?- preguntó el hombre.
- Algo raro pasó con el tatuaje.
- Ya lo sé. Te había hechizado con un conjuro de veneno. Cuando el dragón crezca en todo el espacio de tu cuerpo morirás.
El tatuador desapareció y Lucas fue a su casa. Cuando llegó ya estaba por el ombligo. No sabía qué hacer. Estaba muy pálido y con náuseas, apunto de morir.
- Desearía no haberme hecho el tatuaje – dijo Lucas con mucho miedo.
Mágicamente, apareció el tatuador en su casa. Le sacó el hechizo para que aprenda una enseñanza, los tatuajes son malos para el cuerpo humano.


Agustín J. Dekiermacher


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