martes, 9 de septiembre de 2014

Para entretenerse y disfrutar un rato

                                          "UN ALIVIO"

   Hacía tres horas que había terminado ese documento que me llevó un mes de elaboración. Coloqué mi nombre, Juana Martínez. Tenía 20 hojas, todas con letra cursiva negra, con subtítulos y hojas blancas.
   Al día siguiente me dirigí a la oficina en taxi y llevé el documento conmigo.
   Se trataba de una nueva revista que quería presentarle a mi jefe, Ruperto. Pero yo no lo podía presentar cuando quería, tenía que ser hoy.
   Llegué a la oficina y me encaminé hacía él. Cuando toqué la puerta me abrió una adolescente descalza de aspecto hombruno que lucía un tono violeta. Detrás de ella, Ruperto. Abrí mi maletín para entregarle mi preciado documento. Pensé: "Me acuerdo que lo dejé del lado derecho de mi maletín". "Pero no lo encuentro".
Con una cara de avergonzada le dije:
-Perdóneme pero el documento que me pidió , no, no, no, .........- y no llegué a terminar la frase por la vergüenza que sentía.
-¡Ah sí! Ese documento maravilloso que le pedí, en realidad, que decidió entregarme- respondió.
-¿Cómo sabe que es maravilloso?- pregunté.
-Porque usted me lo envió por mail, bueno usted no, su hermana- me dijo.
   Rápidamente recordé que siempre que termino un trabajo se lo mando a mi hermana para que lo revise. Ella me había respondido que lo había reenviado, a mi y a Ruperto.
   Creo que nunca me ALIVIÉ tanto en toda mi vida.
   Con una sonrisa le respondí:
-¡Estupendo! Espero una respuesta.
-¿Qué respuesta? La mía es un sí rotundo- me contestó.
   Hoy en día me encuentro en Alaska, en un chalet, con mi esposo y tres hijos con  hermosas cabelleras marrones, como yo. Y todo esto por el dinero que recibí de la venta de mi revista: "Alivio".

                                                                                                         Marina

Los papeles fundamentales

Era una mañana, en la que Briana se levantó de la cama, fue al baño, se lavó la cara , se cambió de ropa, miró su reloj y se dio cuenta de que eran las 8:00 A.M. Entonces salió corriendo, cerró la puerta de la casa y entró a su auto. Como todas las calles estaban cortadas,decidió ir caminando y llegó tarde a su trabajo. Su jefe Roberto la esperaba en su oficina. Ella fue hasta allí.
Tomá asiento- le dijo.-Me tenés que entregar los documentos que te pedí que terminaras para hoy.
-Bueno jefe ya lo termino me falta un poco - respondió la protagonista muy  asustada.
Salió muy sorprendida, se fue a su escritorio a terminar el trabajo; abrió el cajón y no lo encontró. Se preguntó si lo habría olvidado en su casa . Agarró su cartera, las llaves del auto y se fue para allá. Entró muy apurada, de pronto vio a un adolescente descalzo,llamado Matías que era "su hijo":
-Hola ma, ¿qué haces acá a esta hora?- dijo el adolescente
-Hola Matías, estoy muy apurada, ayúdame a buscar unos documentos muy importantes que tengo que terminar para hoy, y no tengo mucho tiempo, creo que está en una carpeta verde y negra.
-Bueno,te ayudo- respondió su hijo
Empezaron a buscar, por la habitación; pero no estaba; en el living nada ,y en el resto de la casa, tampoco.
-¿Y ahora qué hago?- dijo ella.
De pronto recordó que había entregado una copia de los documentos a la secretaria de su jefe.
Volvió a la oficina, le pidió a la secretaria la copia y le agregó unos datos. Miró su  reloj y se dio cuenta que llegó justo para entregarle los documentos fundamentales a su jefe.
                       
                                                                                        FIN
Mayra.

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